77_ Nacimiento II

Se sentó, sonriendo, a verse apagar.
Aún le quedaban, horas, minutos y segundos, pero el ocaso era imposible de esquivar. Como todo, como todos, también era finito. Y el ser finito se representaba ahora que llegaba el final. No moría, porque siempre iba a seguir estando y además no pueden morir. Pero se iba definitivamente. Gozaba de sus últimos momentos con felicidad. Como lo hizo siempre. No lo acongojaba saber que se extinguía. Para nada. Mientras se apagaba, mientras comenzaba a desmaterializarse, seguía sonriendo. Se recordaba 364 días atrás. Recordó cuando charló son su antecesor en un bar, esperando su ingreso triunfal. Seguía intacto. Firme. Todavía no había terminado todo. Todavía seguía siendo 2010. Por poco, aunque para siempre, seguía siendo 2010.
Su luz pasó de ser de neón a convertirse en la llama de una vela, que ni vientos huracanados aún podrían apagar. Aún no. Estaba feliz. Extremadamente feliz.

A lo lejos divisó lo que venía… estaba llegando 2011. 2010 siguió sentando viendo ese cuerpo distinto, comenzar a brillar. Cerró los ojos, quiso recordarse. Pero rápidamente cambió de parecer y los abrió para ver y disfrutar lo que venía. Le deseó lo mejor.

A lo lejos, apareció una luz que empezó a enceguecer a todos. A los que ya habían sido, a lo que estaban a punto de dejar de ser, y a los que aguardaban 365 días o más, para comenzar a existir.

Con bríos, llegaba enérgico 2011 dejando un halo de luz a su paso. Quería comenzar, quería salir de esa nube de emociones para empezar a existir. Su ansiedad lo poseía, y le daba mas fuerza, mas explosión, mas color, mas potencia. Seguía moviéndose poseído por la excitación de lo nuevo, feliz por lo que venía.

2011 comenzó a dejar atrás a quienes lo miraban extasiados para transitar por el sendero que lo llevaba a su entrada triunfal. Pasó por delante de 2010 y le hizo una reverencia. 2010 levantó su mano y lo saludó. 2015 quiso tocarlo, y pedirle un autógrafo. 2011 se detuvo, y le firmó. 2015 corrió a su casa y guardó el autógrafo en una caja especial. En ella estaba el que le había firmado 2010, nada mas. Ahora, tenía el de los dos. Leyó lo que le había dedicado 2011: "Menos de un lustro... es un suspiro. Abrazo 2011".

2011 siguió su camino. Era momento de empezar. A medida que avanzaba, su energía se tornaba mas y mas grande. Era su hora. Estaba listo para irrumpir en el escenario brillando. Había llegado. Brillante.
2011 va a ser un año brillante.

Es lo que les deseo a todos y cada uno de los que leen mis escritos, que a veces no son más que letras sin sentido en un espacio en blanco.

Si, que tengas un 2011 BRILLANTE!

no importa quien soy